Para llegar a Oporto, cogí un bus desde Vigo hasta allí. Van dos empresas, Alsa con creo 3 buses diarios y autna con más horarios al día. Al final fui con Alsa en el bus de las 12, por 20 € el billete de ida y vuelta y 3 horas de trayecto. Paran en la parada de buses internacionales, junto a la estación de Autobuses, en la plaza de Galicia.
Nos alojábamos en el Hotel América, en la calle Santa Catalina, pero cuidado que la calle tiene más de 1000 números, de la estación a allí no hay mucha distancia, pero te recomiendo pillar un taxi, ya que son muy económicos y evitas perderte. Además el paseo en taxi es toda una experiencia, de rali, por 3€ un trayecto medio de día, y 5€ de noche. El hotel está muy bien situado y a buen precio, eran 21 euros noche por persona en habitación triple con desayuno continental.
El primer día nos lo tomamos en serio y fuimos a la oficina de turismo a por un plano e información y comenzamos a visitar algunos de los lugares más bonitos de la ciudad. Pero cuidado a las 6 ya están cerrando todos los sitios, así que cada día plantea lo que quieras visitar por dentro para llegar antes de esa hora o no te quedarás sin verlo.
Visitamos la librería más bonita del mundo, Lello e Irma, donde se han rodado películas como Harry Potter, pero donde no se pueden hacer fotos. En esa zona en frente de las Iglesias gemelas y la universidad está el bar universitario, “O’phiolo”, donde se fraguó la revolución de los claveles, y donde podrás tomar unas cañas, cenar y tomar unos mojitos a precios realmente baratos. También puedes comer barato en las pastelerías, unos sandwichs por 1 €.
Para salir hay varias zonas, por un lado la zona de Galerías París, son 3 calles –una llamada como la zona y un bar también llamado así- que está cerca de la Iglesia de los Clérigos. También hay una plaza al final de estas calles donde encontraras bares con mucho encanto. En el bar Galería París con música en directo a primera hora, y el Plan B un lugar con muchos ambientes y bonita decoración. Luego está la zona de la Ribiera, en la plaza, que es más para tomar la primera, o primeras. Hay recomiendo el de los números 15 y 16 donde tienen más variedad, el de su izquierda tienen Caipioporto riquísimo. Y el de la derecha es más para cenar en plan barato en la zona. El chico que lleva las mesas nos dio una lección de humanidad cuidando de un chico extranjero que iba en muy malas condiciones y lo tuvo allí hasta que lo convenció para tomar un taxi. El chico aún dio un par de vueltas más, pero al fin tomó el taxi.
AVISO a navegantes, cada cubata es como 3 en España, y el refresco es algo accesorio por dar color, ¡CUIDADO!
El segundo día fuimos al mercado do Bolhao, en la zona centro y después paseamos y visitando desde allí hasta la Ribeira donde cenamos en la Taberna de Bebobos, una de las más antigua, cenar en un restaurante tampoco es caro, salímos a unos 15 € por persona y probamos el bacalao al horno, ñam ñam. El tercer día comenzamos visitando el Palacio de la Bolsa, las visitas son guiadas y el edificio merece mucho la pena, no te lo pierdas. Al lado está la Iglesia de San Francisco muy barroca, impresionante, el edificio es gótico. Lo que más me llamó la atención fue el Árbol de Jesse.
Y ya nos tocaba el paseo en barco y conocer las bodegas, después de preguntar nos quedamos con la compañía que sale desde la Vila Nova de Gaia (al otro lado de la ría, para llegar solo cruza el puente). Todos son a 10€ por 50 minutos de trayecto pero los barcos más bonitos son los de este lado y te dan descuentos para comprar vino en algunas tiendas. Después fuimos a la bodega de Cort – un poco lejos, más de lo que indica el mapa- donde nos dieron a probar dos tipos y nos dieron la visita guiada. Para comer en la Vila recomiendo la “Taberninha do Manuel”, que rico ese chorizo a la brasa, ñam ñam.
El domingo fuimos a visitar la ciudad de Guimarães, donde nació Portugal. Puede llegar en tren regional desde la estación de San Bento, por unos 5€ i/v. Comimos en la plaza, preciosa, en el Creek (creo o algo parececido, el nombre era como en inglés) Imprescindible la visita al palacio, son 5€ la entrada, pero merece la pena.
Suelas gastadas 